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BOBBY FISCHER: UN MITO QUE VIVE.
LA PARTIDA QUE DESCUBRIO A UN GENIO DE TRECE AÑOS.
Robert James Fischer, Bobby, nació en 1943 en Chicago, Estados Unidos. Bobby fue introducido en el noble juego del ajedrez por su hermana Joan, que pronto comprendió que no podía competir con él.
Bobby Fischer aseguró que el ajedrez al principio sólo era un juego más, aunque un poco más complicado. Pero esto lo dijo un genio que a los seis años ya sabía competir. Todo dejó de ser un juego más cuando en 1956 consiguió su primer éxito de importancia al ganar el campeonato de juveniles de EE.UU. Cuando finalizó esa competición aseguró que podría darles a todos una torre de ventaja, quizá esa baladronada fuera cierta. Al año siguiente Fischer ganó el título de Maestro Internacional. En 1958 se convirtió en el Gran Maestro más joven de aquel momento, al ganar el torneo de Portonoz. Ganó el torneo de candidatos de 1971 a Taimanov por 6-0, a Larsen por 6-0 y a Petrosian por 6´5-2´5, para convertirse en campeón del mundo al ganar a Spassky en Reikiavik en 1972.
En 1975, Fischer perdió el título de campeón sin jugar, por no aceptar las condiciones establecidas por la FIDE. El admirado jugador americano abandonó el ajedrez para desaparecer del mundo hasta 1992, año en que regresó para otorgar la revancha a Spassky, aunque le volvió a ganar. El match de la revancha lo denominó Fischer “El match para el título de campeón del mundo”. Lo que nadie sabe es la razón de su regreso; unos dicen que fue por amor al ajedrez; otros que fue por el dinero, el premio ascendía a cinco millones de dólares; los más suspicaces aseguran que todo se debió a la húngara Zita Rajcsanyi, campeona juvenil de Hungría. Dicen que ella le convenció para que volviese a jugar. El match se celebró el día 1 de septiembre, conmemorando su proclamación como 11º campeón del mundo y, casualmente, el cumpleaños de la apasionada jugadora húngara.
Fischer fue descrito como un jugador de inigualable precisión, atrevido, innovador, técnico y agresivo. Pero es inapelable es que también era un hombre de carácter excéntrico e incluso obsesivo. Era un campeón.
En 1956, cuando Fischer cumplía trece años de edad, jugó una de las partidas más bellas de la historia. Se enfrentó con el Maestro Internacional Donald Byrne, el enfermizo hermano del Gran Maestro Robert Byrne, quien por cierto cayó poco después ante la destreza ajedrecistica de Bobby Fischer.
El propio Bobby Fischer reconoció en una entrevista que concedió a Dimitrie Bjelica, maestro de la FIDE y periodista, en 1971 que esta es su partida favorita. Es la partida que muchos han considerado la partida del siglo.
LA PARTIDA HISTORICA.
LA PARTIDA DEL SIGLO
Blancas: Donald Byrne.
Negras: Robert Fischer.
(Nueva York, 1957)
1.Cf3 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.d4 0-0 5.Af4 d5 6.Db3 dxc4 7.Dxc4 c6 8.e4 Cbd7 9.Td1 Cb6 10.Dc5 Ag4 11.Ag5 Ca4 12.Da3 Cxc3 13.bxc3 Cxe4 14.Axe7 Db6! 15.Ac4 Cxc3 (Fischer impide el enroque blanco) 16.Ac5 Tfe8+ 17.Rf1 Ae6! (comienza la magia) 18.Axb6 Axc4+ 19.Rg1 Ce2+ 20.Rf1 Cxd4+ 21.Rg1 Ce2+ 22.Rf1 Cc3+ 23.Rg1 axb6 (pese a la desventaja material, Fischer tiene una posición arrolladora) 24.Db4 Ta4 25.Dxb6 Cxd1 26.H3 Txa2 27.Rh2 Cxf2 28.Te1 Txe1 29.Dd8+ Af8 (a la ventaja posicional se une la material; el mate llegará pronto) 30.Cxe1 Ad5 31.Cf3 Ce4 32.Db8 b5 33.h4 h5 34.Ce5 Rg7 35.Rg1 Ac5+ 36.Rf1 Cg3+ 37.Re1 Ab4+ 38.Rd1 Ab3+ 39.Rc1 Ce2+ 40.Rb1 Cc3+ 41.Rc1 Tc2 ++ 0-1 al estrechar la mano de Fischer, Byrne supo que por esta partida el joven americano recibiría el Premio a la Belleza.
LA PARTIDA QUE DESCUBRIO A UN GENIO DE TRECE AÑOS.
Robert James Fischer, Bobby, nació en 1943 en Chicago, Estados Unidos. Bobby fue introducido en el noble juego del ajedrez por su hermana Joan, que pronto comprendió que no podía competir con él.
Bobby Fischer aseguró que el ajedrez al principio sólo era un juego más, aunque un poco más complicado. Pero esto lo dijo un genio que a los seis años ya sabía competir. Todo dejó de ser un juego más cuando en 1956 consiguió su primer éxito de importancia al ganar el campeonato de juveniles de EE.UU. Cuando finalizó esa competición aseguró que podría darles a todos una torre de ventaja, quizá esa baladronada fuera cierta. Al año siguiente Fischer ganó el título de Maestro Internacional. En 1958 se convirtió en el Gran Maestro más joven de aquel momento, al ganar el torneo de Portonoz. Ganó el torneo de candidatos de 1971 a Taimanov por 6-0, a Larsen por 6-0 y a Petrosian por 6´5-2´5, para convertirse en campeón del mundo al ganar a Spassky en Reikiavik en 1972.
En 1975, Fischer perdió el título de campeón sin jugar, por no aceptar las condiciones establecidas por la FIDE. El admirado jugador americano abandonó el ajedrez para desaparecer del mundo hasta 1992, año en que regresó para otorgar la revancha a Spassky, aunque le volvió a ganar. El match de la revancha lo denominó Fischer “El match para el título de campeón del mundo”. Lo que nadie sabe es la razón de su regreso; unos dicen que fue por amor al ajedrez; otros que fue por el dinero, el premio ascendía a cinco millones de dólares; los más suspicaces aseguran que todo se debió a la húngara Zita Rajcsanyi, campeona juvenil de Hungría. Dicen que ella le convenció para que volviese a jugar. El match se celebró el día 1 de septiembre, conmemorando su proclamación como 11º campeón del mundo y, casualmente, el cumpleaños de la apasionada jugadora húngara.
Fischer fue descrito como un jugador de inigualable precisión, atrevido, innovador, técnico y agresivo. Pero es inapelable es que también era un hombre de carácter excéntrico e incluso obsesivo. Era un campeón.
En 1956, cuando Fischer cumplía trece años de edad, jugó una de las partidas más bellas de la historia. Se enfrentó con el Maestro Internacional Donald Byrne, el enfermizo hermano del Gran Maestro Robert Byrne, quien por cierto cayó poco después ante la destreza ajedrecistica de Bobby Fischer.
El propio Bobby Fischer reconoció en una entrevista que concedió a Dimitrie Bjelica, maestro de la FIDE y periodista, en 1971 que esta es su partida favorita. Es la partida que muchos han considerado la partida del siglo.
LA PARTIDA HISTORICA.
LA PARTIDA DEL SIGLO
Blancas: Donald Byrne.
Negras: Robert Fischer.
(Nueva York, 1957)
1.Cf3 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.d4 0-0 5.Af4 d5 6.Db3 dxc4 7.Dxc4 c6 8.e4 Cbd7 9.Td1 Cb6 10.Dc5 Ag4 11.Ag5 Ca4 12.Da3 Cxc3 13.bxc3 Cxe4 14.Axe7 Db6! 15.Ac4 Cxc3 (Fischer impide el enroque blanco) 16.Ac5 Tfe8+ 17.Rf1 Ae6! (comienza la magia) 18.Axb6 Axc4+ 19.Rg1 Ce2+ 20.Rf1 Cxd4+ 21.Rg1 Ce2+ 22.Rf1 Cc3+ 23.Rg1 axb6 (pese a la desventaja material, Fischer tiene una posición arrolladora) 24.Db4 Ta4 25.Dxb6 Cxd1 26.H3 Txa2 27.Rh2 Cxf2 28.Te1 Txe1 29.Dd8+ Af8 (a la ventaja posicional se une la material; el mate llegará pronto) 30.Cxe1 Ad5 31.Cf3 Ce4 32.Db8 b5 33.h4 h5 34.Ce5 Rg7 35.Rg1 Ac5+ 36.Rf1 Cg3+ 37.Re1 Ab4+ 38.Rd1 Ab3+ 39.Rc1 Ce2+ 40.Rb1 Cc3+ 41.Rc1 Tc2 ++ 0-1 al estrechar la mano de Fischer, Byrne supo que por esta partida el joven americano recibiría el Premio a la Belleza.
